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La Inquilina de Wildfell Hall

No puedo  comenzar esta entrada más que lamentándome por no haber leído antes esta novela. No podía parar de leer. Anne Brontë es la menos conocida de las tres hermanas. Se afirma su inferioridad literaria con respecto a ellas. Una vez finalizada la lectura de esta obra no comparto esto. Es cierto, como ya dije el año pasado, la superioridad de Cumbres Borrascosas y Jane Eyre, respecto de Agnes Grey. Sin embargo con esta segunda novela se coloca a su lado. No podía imaginar lo que me gustaría cuando la empecé. Sólo puedo decir que Anne Brontë me ha conquistado.

 Tras esta parrafada inicial vuelvo al libro. Gilbert Markham  relata por correspondencia a su cuñado su relación con la misteriosa inquilina de Wildfell Hall en 1827. Me ha encantado la manera de despistarnos de la autora. Partimos de una carta que nos remonta a un pasado lejano. A lo largo de la correspondencia avanzamos hasta llegar a la actualidad (1847)

 La obra puede ser divida en tres partes. La primera dónde Gilbert conoce y se enamora de una interesante viuda (Helen). La segunda, y en mi opinión la más importante, en la que buceamos en el pasado de ésta. Se comprende entonces el porqué de su comportamiento. Sólo puedo decir que toda esta parte me pareció sublime. Nuestra protagonista sufre lo indecible de manos de un absoluto canalla. La brutalidad a que conduce el alcoholismo es impresionante (“Su apetito por el estímulo del vino había aumentado. Ahora era para él algo más que un aliciente accesorio del trato social: era una importante fuente de placer en sí mismo. En esta época de debilidad y depresión se había convertido en su medicina y soporte, en su consuelo, su entretenimiento y su amigo, y por tanto se habría hundido más y más, y encadenado para siempre a la abyección en la que había caído ”).  Nuestra autora no se conforma con medias tintas. Sorprende la crudeza y modernismo del tema. Comprendo que se la criticara. Aunque, cómo ella misma dice: “Deseaba decir la verdad, porque la verdad siempre comunica su propia moral  a aquellos que son capaces de aceptarla”. Finalmente, la tercera nos brinda su desenlace.

 Magistrales todos los personajes. Traspasan las páginas del libro. Son  absolutamente tridimensionales. Mención especial para Gilbert y Helen. No hacía más que lamentarme de su suerte. Sólo deseamos que sean felices. Los obstáculo, parecen sin embargo, insalvables. Precioso además la profundidad e intensidad de su amor. Solté más de una lágrima en su encuentro final (¡Qué simbólica y emotiva puede ser una flor!)

 Una cuestión muy interesante son las múltiples alusiones religiosas. Dios y el pecado son fundamentales.

 Citar por último el prefacio.” Si un libro es bueno, lo es independiente del sexo que de quién lo ha escrito”.

 La Inquilina de Wildfell Hall(1848)

 Anne Brontë

 Debolsillo

 *Estoy deseando leer las obras Brontë que me quedan. Si son iguales a ésta y a las dos ya mencionadas serán inolvidables.

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